Reír a mandíbula batiente no sólo es liberador y divertido, también tiene sus efectos fisiológicos sanadores a nivel hormonal.
- Cuando una persona se ríe, el cerebro libera endorfinas, analgésicos naturales que producen sensación de euforia y placer. Por eso es tan agradable el rato que pasas.
- La risa también aumenta la producción de dopamina, neurotransmisor asociado al placer – mejora el estado de ánimo – y a la recompensa – produce motivación.
- Además, la risa disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, rebajando tensión arterial, eliminando ansiedad, facilitando el sueño…
- Por si eso fuera poco, también aumenta la producción de inmunoglobulina A, anticuerpo que protege contra infecciones respiratorias y otras enfermedades. Además como aumenta la circulación de la sangre y la oxigenación, ayuda a fortalecer el sistema inmune.
Por su parte, incluir un humor bien entendido, positivo, constructivo, en la forma de mirar al mundo, ayuda a cambiar la perspectiva y la actitud hacia situaciones, problemas y/o rutinas poco amables. Lo que llamamos relativizar, desdramatizar.
- Nos ayuda a pensar el mundo de forma diferente, incluso amable.
- El humor mejora la comunicación y con ello la relación interpersonal. Cuando las personas comparten humor, se crea una conexión emocional y se establece un ambiente de confianza y apertura.
- Esto a su vez proporciona sensación de control, valía y poder personal. Con ello también se reducen el miedo y la ansiedad.
Humor y risa son herramientas poderosas no sólo para la sanación emocional, también dan calidad de vida.
Y son baratitos baratitos 🙂